jueves, 13 de septiembre de 2007

Réquiem para una madrugada inconclusa


Hay dolores duelen más que otros. Hay días, noches, madrugadas en las que uno no puede dormir. A veces uno no duerme pensando y otras veces uno se piensa durmiendo. La noche de anoche fue una de esas veces extrañas en la vida de un ser humano, en las que no puedes dormir por estar pensando, por estar llorando de dolor, y por el dolor propio de la enfermedad. Eso, claro, lo despierta a uno de mal genio, con ganas de suicidar al mundo. Pretérito siguió peleando, discutiendo, llorando, ahogándose en su propia inmundicia.

Claro, hay veces que tanto dolor no nos duele, las endorfinas, ya se sabe, hacen lo suyo. Pero ¿Acaso hay endorfinas sentimentales? Me explico, cuando lo que duele no es el cuerpo sino el alma, el corazón, como suele decirse, ¿El cerebro libera endorfinas también para aliviar ese dolor intangible? Digo, a veces no hace sino dolerle a uno la vida. Tal vez por eso haya tanta gente escéptica hoy día. Tal vez por eso haya quien elija vivir desde la talanquera, desde la barda. Nuestro protagonista estaba en la madrugada pensando estas cosas, llorando, sintiendo, mientras pensaba tratando de dormir. Resultó, al cabo de un rato, que se quedó dormido pensando. O, acaso, pensó que dormía, como a veces uno piensa que vive o como hay gentes que viven dormidas o soñando o que sueñan con vivir. En ese sueño, esa vigilia o ese recoveco extraño del pensamiento, recordó que debía relajar el cuerpo al montarse en la montaña rusa.

7 comentarios:

J. L. Maldonado dijo...

Este réquiem atina en todo lo que dice de principio a fin. Me atreví a conseguirle correspondencia con un ¿poema? de mi autoría titulado NOCHE que está en mi blog (agosto). Exelente blog, grato hallazgo.

Exodo dijo...

Preterito amigo, que intensa sensacion esa que describes, y efectivamente tienes razon, las "endorfinas emocionales",existen, y son creadas por las vivencias dolorosas previas, tiene tantos nombres como indefension aprendida en psicologia, pierdes la capacidad de sentir dolor porque ya nada mas puede cambiar ni ser distinto.. yo por mi parte he tenido la suerte de encontrar personas refrescantes, de esas que te reviven el alma, ojala estes con una de esas personas para que resucites!!.. saludos

Javier Cercas Rueda dijo...

muy original la concepción de blognovela. Esto de los blogs es una auténtico mar sin orillas.
Un saludo

Viandante dijo...

Mi querdio Pretério, me temo que el protagonista y yo compartimos la misma carencia de endorfinas.
Comencé a tener una rutina diaria de ejercicios con la esperanza de que las endorfinas también funcionaran en el alma, como bien dices.
Descubrí que funcionaba, pero pobre de ti si la abandonas, la caída que le sucede es similar a su homónima, la hija de Camus.
Un abrazo

Nestor Luis Bermúdez dijo...

Gracias por tus comentarios jc. Exodo, amigo, pues sí, existen esas personas que lo refrescan a uno, eso no está en duda. Javier, no creo que sea una idea propiamente original, sin embargo sí creo que es, cuando menos, diferente. Eso ahora, claro. En unos años no lo creo. Viandante, pues que coincidencia esa del protagonista contigo. No se, no creo que la abandone. No creo, en general, que abandonar nada sea una salida. En todo caso uno espera que algunas de esas endorfinas le salven de vez en cuando la vida a uno.

Saludos a todos.

- JJ dijo...

Pretérito ese mundo lleno de incógnitas donde las respuestas son tan diversas y amplias me encanta. Dormir, vivir o creer que se duerme, se vive o se sueña.
Pensar y buscar las salidas, salvar eso que llamamos vida.
Me gusta esta blognovela.
Un abrazo!

Caro Clack dijo...

Madrugadas eternas de pensamientos,de eso últimamente teng un postgrado. Buena tu prosa.