miércoles, 30 de julio de 2008


tengo un amigo que dice que recuerda claramente el día que nació. yo recuerdo claramente todos los días en que he muerto. los nacimientos posteriores a cada muerte no los recuerdo mucho. es que no me interesa recordarlos, eso es.

la muerte es maravillosa y espléndida. no el nacimiento. es ridículo pensar que qué bella es la vida. bella una línea de cocaína en una mesa y una linda chica inhalándola hasta que sus ojos se volteen y giren como los bichitos de las máquinas de juegos en los casinos. bello un amigo que muere en nuestros brazos, por nuestra mano. bello eso, ver toda la sangre, todo su interior brotar, esparcirse por el suelo y pintar una acera de rojo.

yo sí recuerdo cada vez que he muerto. la muerte es lo mío, no la vida. como aquélla vez con el portaretrato de ella, Isa. o como esa vez en el hospital, sudando licor y vapores narcóticos.

yo, de la vida, no quiero sino su tramo último.

1 comentario:

Viandante dijo...

No me gusta este post, no es por joder, es sólo que no me gusta, no sé, será porque no te creo. Me suena un poco como la lluvia que cae mientras todos dormimos, la escuchamos, pero no estamos seguros de que sea cierta.

Te has vuelto silente, cuando recuperes el habla, estaré ansiosa de escucharte de nuevo.

Saludos